Los champús terapéuticos son una gama de productos que complementa los tratamientos específicos prescritos por los veterinarios y que ayudarán a paliar los problemas que sufren las mascotas tanto en su dermis como en su pelaje. En este artículo hablamos de sus
Los champús son ese fiel aliado que tenemos para devolver al manto de los animales su mejor aspecto, eliminar la suciedad acumulada y facilitar el desenredado al cepillar.
Existen diferentes tipos de champús que podemos escoger según el tipo de animal que se vaya a tratar, su estado y los beneficios que deseemos aportarle.
En la oferta de champús de limpieza habitual encontramos diferentes variantes dependiendo del tipo de animal (perros, gatos, hurones, etc.), del tipo de pelaje (pelo corto, largo), del color del manto (oscuros, marrones y blancos, principalmente), de las propiedades específicas que puedan aportar (desenredantes, suavizantes o vitalizantes) y de la forma cosmética (geles, espumas, en polvo).
Si consideramos la oferta de champús terapéuticos vamos a encontrarnos con gamas similares a las de champús de uso habitual, aunque aparece una nueva variante que vendrá determinada por el tipo de efecto paliativo que proporcione con su uso. Si bien en los primeros la oferta es muy amplia, en los terapéuticos la gama donde podemos elegir se ve notablemente reducida. Será pues el tratamiento que necesitemos el que nos determine qué producto escoger.
Ingredientes generales
Por tratarse de champús deben incluir una serie de componentes básicos que les den las propiedades típicas de dichos productos. La principal es la de limpiar, pero en estos casos, si bien es importante, no es la primordial: estamos buscando productos que mantengan limpia su dermis y su manto, pero también algo más. Normalmente, estos champús aportan beneficios específicos como antiprurito, anti-eczemas, suavidad extra, antidescamaciones, etc.
Si bien por sí solos no son eficaces, puesto que necesitan la ayuda de tratamientos más específicos que los complementen, sí son la vía más adecuada para el baño cuando nos encontramos delante de este tipo de disfunciones.
Dentro de los ingredientes generales vamos a encontrar diferentes componentes que aportarán acciones específicas para que luego, mezclados, ejerzan una acción de limpieza adecuada y proporcionada a la acción terapéutica complementaria que se les va a incorporar.
Tensioactivos
Van a facilitarnos el contacto del agua con la suciedad depositada, emulsionándola y permitiendo su eliminación posterior con el agua de aclarado.
Lauril éter sulfato sódico: es el tensioactivo aniónico por excelencia utilizado en la mayoría de champús. Tiene un poder de limpieza elevado, un buen poder espumante, si bien deberá ir acompañado de otros tensioactivos para dar un producto fi nal de calidad.
Cocamidopropyl betaine: es un tensioactivo anfótero, complemento de los aniónicos. Reduce el poder irritante de los aniónicos a la vez que aumenta el poder espumante de éstos.
Cocamide dea: es un tensioactivo no iónico, derivado del aceite de coco. Modifica las propiedades de la espuma, creando espumas ricas y cremosas, da a la fórmula suavidad de aplicación y facilita la distribución del champú sobre el manto del animal.
Decyl glucoside: es un tensioactivo no iónico extremadamente suave y que en este tipo de champús va a desempeñar un papel primordial, ya que reduce notablemente la intolerancia de los tensioactivos por parte de las dermis animales que estamos tratando.
Espesante
Proporciona al preparado, en el caso de tratarse de geles, la textura y consistencia necesarias para una correcta aplicación y repartición del producto por todo el animal.
Hidroxyethylcellulose: es un derivado de la celulosa que, además de aportar cuerpo al champú, nos va a permitir que durante el masajeado nuestros dedos se desplacen con facilidad gracias a su efecto lubrificante instantáneo.
Cloruro de sodio: electrolito de elección universal cuya única misión es la de aportar viscosidad a la base tensioactiva presente en la fórmula.
Acidulantes
Van a permitirnos modificar la mezcla lavante completa para llevarla a pH neutro adecuado para la piel de la mascota. En este tipo de champús terapéuticos esta acción es especialmente importante puesto que estamos tratando dermis que sufren algún tipo de disfunción y son, por tanto, todavía más sensibles y delicadas que las que pudiéramos tener en individuos sanos.
Ácido cítrico: es el acidulante más utilizado, si bien podemos encontrar otros como serían el ácido láctico o el fosfórico.
Otros activos cosméticos
Entre los activos cosméticos complementarios genéricos vamos a encontrarnos con opalescentes, perlantes y colorantes, cuya única finalidad es la propiamente estética del producto acabado.
Dentro de los activos cosméticos complementarios encontraremos también una serie de componentes necesarios para la correcta estabilidad del preparado, es decir, su conservación dentro del envase, encaminados principalmente a preservar sus propiedades intactas hasta el momento del uso.
Existen también activos que se añadirán para aportar propiedades cosméticas concretas como sería el caso de los acondicionadores que nos permitirán dotar de un cierto carácter suavizante-desenredante al preparado. Son sustancias que normalmente son catiónicas y tienen una gran afinidad por las cargas negativas del pelo; estas cargas se hacen más patentes cuando el pelo del animal está castigado, ya sea por el cepillado, por la acción de los agentes atmosféricos o por cualquier otro motivo. Los acondicionadores se depositarán sobre la fibra del pelo neutralizando esas cargas negativas y devolviéndole las propiedades mecánicas propias de un pelo sano.
Los aceites, de diferentes orígenes, son componentes habituales que aportarán brillo y harán que sea más fácil peinar los mantos, permitiendo recuperar así los lípidos naturales que se pudieran eliminar durante el lavado del animal.
¿Cómo se usa un champú terapéutico?
La forma de aplicar un champú terapéutico va a diferir poco de la forma en que se aplican los champús de lavado habituales. Las diferencias van a venir en la frecuencia de uso que determine el laboratorio fabricante de acuerdo con la disfunción que se está paliando y en la manera de realizar el lavado; normalmente el masaje emulsionante se realizará con mayor cuidado del habitual y se deberá permitir un cierto tiempo de contacto entre activos y el propio animal para que el efecto se vea
potenciado.
Extraído de Pompeu Chiva Génova, Champús terapéuticos en cosmética animal, Ateuves nº 19, págs. 16-28.